El fútbol es un deporte globalizado, un negocio que llega a
todos los rincones del planeta.
Esta globalización afecta a las selecciones nacionales, en
las que no es difícil observar como cada vez hay más jugadores nacionalizados
que juegan con una selección diferente a la de su lugar de nacimiento, creando
cierta polémica (que se lo digan a Diego Costa) en determinados momentos.
Sin embargo, no levanta tanta tinta ni discusión el que
entrenadores extranjeros dirijan a determinadas selecciones, siendo algo asimilado
por el aficionado y el periodista, algo a lo que no se presta tanta atención.
Pues bien, si hiciéramos una clasificación mundialista en
función de la nacionalidad de los seleccionadores, ¿quién ganaría?
La primera en el ranking sería Alemania con 4
representantes: Joachim Löw (Alemania), Juergen Klinsmann (USA), F. Volker
(Camerún) y el incombustible Ottmar Hitzfield (Suiza).
De cerca le seguiría 4 países con 3 seleccionadores cada
uno:
-Portugal con Paulo Bento (Portugal), Fernando Santos
(Grecia) y Queiroz (Irán).
-Colombia con Jorge L. Pinto (Costa Rica), Reinaldo Rueda
(Ecuador) y Luís Suárez (Honduras), curioso que ninguno entrene a la selección
“cafetera”, ¿no?
-Italia con Fabio Capello (Rusia), Cesare Prandelli (Italia)
y Alberto Zaccheroni (Japón).
-Argentina, representada por José Perkerman
(Colombia), Jorge Sampaoli (Chile) y Alejandro Sabella (Argentina).
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